Hace unos meses desplacé mi residencia a Amsterdam. Durante este tiempo he salido poco a explorar clubs. Pero eso tiene que cambiar. Este año 2008 lo tengo en la lista de buenos propósitos. Y para empezar, voy a ir a ver a John Acquaviva a la sala Panamá
Cuando lo he visto en la Agenda me he llevado un alegrón. Es uno de mis Dj´s favoritos y seguró que hará una sesión espectacular.
Nacido en 1963 en Apulia (Italia), su familia emigró al sur de Canadá cuando era sólo un mocoso. A comienzos de los 80, John escuchaba desde su habitación los sonidos robóticos creados por Juan Atkins, Derrick May y Kevin Saunderson que Jeff Mills descubría al mundo desde su emisora de radio en la cercana Detroit. «Siempre he sido un enamorado del soul y la ‘disco music’, pero cuando descubrí la electrónica de Kraftwerk, Gary Numan y Depeche Mode, caí rendido», reconoce.
Esa dualidad entre los frialdad del synth-pop europeo y la carnalidad de la música negra de los 70 marcaría su posterior trayectoria artística, como DJ y productor.
Culto, abierto y modesto. Tres adjetivos que definen la figura de esta enciclopedia ambulante de la historia de la música de baile.
Culto, abierto y modesto. Tres adjetivos que definen la figura de esta enciclopedia ambulante de la historia de la música de baile.
Es, además, junto a su colega Richie Hawtin, el creador del programa Final Scratch, un software para pinchar con el ordenador que está revolucionando el panorama de los DJs. Acquaviva, músico residente durante ocho años en la discoteca Florida 135 de Huesca -«un lugar muy especial para mí»-, posee más de 50.000 discos -«una obsesión que comienza a darme problemas; necesito dos casas para almacenarlos»- y un talante que no abunda entre los disc jockeys con ínfulas de rock star. «Nunca he tenido el deseo de ser una estrella. Me conformo con ser uno de los tres vértices que dibujan la combinación perfecta para disfrutar de una gran noche: el público, el club y el DJ». Ni más, ni menos.
Para más información leer la entrevista que le hizo Enrique Viñuela para el Correo Digital;
o en su web personal
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